OBESIDADE


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MELLO, Elza D. de, LUFT, Vivian C., MEYER, Flavia. Obesidade infantil: como podemos ser eficazes? Jornal de Pediatria, Rio de Janeiro, v. 80, n. 3, p. 173-182, maio/jun. 2004. Disponível em Scielo

Foi realizada busca de artigos científicos através das bases de dados MEDLINE, Ovid, Highwire e Scielo. As palavras-chave utilizadas foram: “childhood obesity” e também combinações junto a “treatment“, “prevention” e “consequence“. Dentre os artigos provenientes da busca incluíam-se artigos de revisão, estudos observacionais, ensaios clínicos e posições de consenso. Percebida a relevância, também se buscou diretamente referências indicadas. O período de coleta de dados foi de 1998 a 2003. Foram encontrados vários trabalhos de prevalência no Brasil. No entanto, poucos trazem resultados de programas educativos aplicáveis em nosso meio. Deve-se prevenir a obesidade infantil com medidas adequadas de prescrição de dieta na infância desde o nascimento, além de se estudar mais sobre programas de educação que possam ser aplicados no nível primário de saúde e nas escolas.

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JACOBY, Enrique. The obesity epidemic in the Americas: making healthy choices the easiest choices. 
Revista Panamericana de Salud Pública, Washington, v. 15, n. 4, p. 278-284, Apr. 2004. Disponível em Scielo

En los Estados Unidos de América y en la mayoría de los países de América Latina y el Caribe se está observando un aumento de la obesidad y otros trastornos con los que esta se asocia, tales como la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades cardiovasculares. Tomados en conjunto, estos trastornos causan dos tercios de todas las muertes y menoscaban enormemente los presupuestos destinados a la atención sanitaria, así como la productividad económica y la calidad de la vida. Consumir una dieta sana y mantenerse físicamente activo son maneras eficaces de evitarlos. Cada vez son más quienes opinan que es tarea prioritaria de la salud pública adoptar un enfoque preventivo para combatir estas afecciones. Lo que resulta difícil es no limitarse a entregarle al paciente una receta personal para que cambie de conducta. No tiene mucho sentido predicarle que “coma más frutas y verduras” cuando los alimentos procesados de mala calidad y los bocadillos para entre las comidas se venden por todas partes, son más baratos y hasta tienen algo de chic. Por consiguiente, hay que procurar que haya mayor acceso a y predilección por las verduras, frutas y granos sin refinar; desincentivar la producción y el consumo de alimentos a base de grasas saturadas; crear incentivos que fomenten el consumo de aceites de origen vegetal; rotular bien los productos y proporcionar información adecuada sobre ellos; y regular la propaganda dirigida a los niños, que son impresionables y no saben distinguir entre lo propagandístico y lo recreativo. De hecho, algunas de esas medidas se están empezando a producir voluntariamente. La creciente demanda del público las reforzará, pero también harán falta medidas reguladoras y fiscales y la toma de responsabilidad frente al público. Asimismo, podría parecer inútil aconsejarles a las personas que hagan más ejercicio cuando sienten que no tienen suficiente tiempo y dinero para practicar deportes y cuando se corre peligro en las calles. Hoy en día hay numerosas opciones que facilitan la decisión de mantenerse activo. En el trabajo algunas son el uso de las escaleras, la introducción de pausas para actividades físicas, y la creación de incentivos a favor del uso del transporte público. En las escuelas, las clases de gimnasia benefician a los niños porque los ayudan a desarrollar sus habilidades físicas y porque les inculcan de por vida el hábito de ser activos. En países y ciudades de Europa donde hay buenos sistemas de transporte e incentivos para montar en bicicleta, los paseos en bicicleta y a pie representan alrededor de 30% de todos los traslados de un lugar a otro en un día en particular. En Bogotá, Colombia, se ha creado una extensa red de rutas para ciclistas por toda la ciudad, gracias a lo cual el ciclismo se ha triplicado en los últimos cuatro años. La obesidad y otras enfermedades crónicas son problemas de salud pública muy alarmantes. Sabemos por qué estos trastornos se han vuelto más frecuentes en años recientes, qué los produce y qué medidas se deben tomar para contrarrestarlos, pero aún no abundan los valores sociales que impulsan las acciones para prevenirlos.